Se nota que las dos grandes cadenas de hamburgueserías siguen en guerra.  Burger King comienza el 2021 con su primer rebranding, y no solo en su logo.

La cadena busca que sus valores se reflejen en su nuevo branding, demostrando el compromiso de la marca por la digitalización, es decir la adaptación al cambio de las nuevas tendencias, la calidad de los alimentos y la sostenibilidad ambiental.

A día de hoy, la compañía pretende que los clientes se sientan satisfechos con sus diferentes productos. Este cambio va a ser el comienzo de una nueva era para la marca, con un sabor más real y fresco, ya que en los tiempos que corren es una de las características que el consumidor busca.

También la empresa busca asociar este cambio de imagen con sus nuevos cambios en la carta del menú y sus nuevos sabores. El efecto que provocará es un nuevo branding basado en un mensaje de confianza, sin renunciar a sus valores de toda la vida ni a sus clientes más preciados.

Además, este diseño permitirá al usuario tener una experiencia completa de 360 grados tanto de manera online como offline. La marca hará una estrategia global cambiando no solo el logo, sino también el packaging, mobiliario, decoración y acciones de marketing. Es un gran acontecimiento ya que la empresa nunca había hecho un rebranding de estas características desde 1999.

El nuevo logo quiere mostrar una evolución más moderna y ligada a la digitalización, transmitiendo siempre sencillez y alegría.

Por otro lado, sus colores siempre han sido llamativos y vivos, y ahora no iba ser de otra manera transmitiendo esa esencia de sus productos frescos y su característico proceso de cocinado a la parrilla. Todo ello para mostrar su personalidad de marca, que se fundamenta en la diversión.

Sin duda una nueva etapa en el mundo digital, posicionando su marca como una opción más deliciosa, más sana, natural y de una mayor calidad para poder seducir a ese público tan exigente como son los real foodies.